Este 19 de octubre del 2021, el principal periódico de El Salvador, LA Prensa Gráfica publicó una columna de opinión de nuestro director legal denominada “Trauma: Biología y Psique”
Columna escrita por nuestro director legal Herman Duarte - Abogado y escritor
En la biología está la respuesta de muchos secretos de la vida, tal vez fue por eso que Darwin se empecinó tanto en explorar las diferentes condiciones del mundo de las plantas, del mundo animal, del mundo humano... Estas reflexiones vienen del dolor y del remedio que viví hace unos días, tras un accidente matutino que le ha pasado a millones. El doloroso y álgido momento que implica tener un golpe en un dedo del pie, dejando una uña totalmente morada, eliminando la capacidad de apoyar el pie, limitando el andar... Esa sangre que contamina la transparencia de la uña representa el trauma del golpe, es la marca que algo externo pasó y que no fue para nada agradable.
Google me llevó a diferentes lugares de San José con potenciales soluciones; al contactarlos por WhatsApp, había quienes de una manera sofisticada (y transaccional) me entregaban largos párrafos con los pasos a seguir para programar citas que prometían solucionar el dolor que palpita desde lo más bajo de mi ser y que transmite señales a mi cerebro para indicarme la presencia del desagradable dolor punzante y constante. Tras cotizar en 4 lugares diferentes, llegué al más sencillo de todos (y más barato) liderado por un inmigrante nicaragüense quien desde el año 2018 vive en San José, por la Uruca, que se llama Levi. La solución para él era muy simple: desinfectar, limpiar y hace una mini incisión para liberar el trauma, es decir, filtrar la sangre que estaba debajo de la uña. Acepté.
Tras unos cuantos minutos, la uña volvió a su color natural y el dolor desapareció, así como llegó de rápido se fue, permitiéndome en menos de una hora caminar con normalidad... En esa situación de sanación tiene que haber una gema de conocimiento y sabiduría, un misterio de la vida humana. Eso le decía a mi amiga Fanny Broholm, expolítica danesa, alumni de LSE, que tras 800 horas de formación migró al mundo del coaching especializado en relaciones, sexo y liberación de trauma. Ella me confirmó mis deducciones: cuando se libera el trauma, se libera el dolor. Esto es algo que ella hace todos los días con sus clientes/consultantes: explorar formas de romper las barreras del subconsciente, desenterrar los momentos que nos han dejado traumas en nuestra psique, para lograr un mejor balance en nuestras vidas, permitiéndonos avanzar en el proceso de búsqueda y crecimiento que la vida nos invita a experimentar.
Nuestra biología es una gota del mar que conforma el universo. En nuestra biología (y en la de otros seres) residen las respuestas para los secretos de la vida. Tenemos la capacidad de experimentar diferentes cosas y las herramientas para analizar eso que experimentamos, para identificar esas pepitas de oro que vienen a ser piezas del rompecabezas que conforman el conocimiento universal y atemporal que llena de misticismo la vida que vivimos. Desde la psicomagia de Alejandro Jodorowsky, la psicoterapia de Carl Jung, la meditación de manera constante, las técnicas de breathwork, el surya kriya de Sadhguru, los rituales indígenas que se mezclan con llaves que abren el subconsciente como la planta del ayahuasca o la toxina que produce el sapo bufo o hasta un primitivo grito... tantas formas para liberar trauma que todos llevamos, por el mero hecho de ser humanos e ir creciendo indefensos en un mundo que nos va dotando de corazas para cubrir esas heridas que la experiencia nos va regalando.