George Michael: un ícono de la libertad
Herman Duarte. Abogado y escritor. www.simplecr.com
Tuve la oportunidad de verlo en 2008. Como siempre me ocurre con la música, no supe de su evento hasta que estuve en Nueva York y decidí no aprovechar la oportunidad para gastar mi limitado presupuesto en H&M, donde en aquella época todas las prendas me quedaban como un guante, en lugar de comprar un boleto que me hubiera permitido verlo por primera vez. Reflexioné sobre la situación y pensé que, dado que ambos estábamos aún jóvenes, seguramente habría otra oportunidad para experimentar su presencia artística. Pasaron 8 años y 6 meses desde esa única oportunidad de verlo en concierto que la vida me ofreció, y lamentablemente, el 25 de diciembre de 2016, el mundo recibió la noticia de que George Michael, ícono gay, había fallecido por complicaciones relacionadas con una neumonía. Desde el Fontainebleau, brindamos en su honor. Más tarde, en Twist, sonaron sus éxitos, incluyendo el tema estacional “Last Christmas”. Ese día también fue la última vez que vi a Andrés. George Michael marcó a generaciones, difundió su estilo y envió un poderoso mensaje a favor de la aceptación e inclusión de los homosexuales, haciéndose escuchar como un ser humano sensible, rebelde, creativo y artístico, pero sobre todo, como alguien lleno de imperfecciones, como todos nosotros, capaz de reinventarse ante cada caída y problema que enfrentó en la vida. La historia detrás de la canción “Outside” es un ejemplo de ello.
Un año antes del concierto al que no asistí, comencé a hablar por MSN con una amiga (quien afortunadamente sigue siendo mi amiga, me encantaría mencionarla, pero es muy tímida, y se incomodaría. Tiene pendiente la promesa de su visita a CR) y fue ella quien me presentó una canción con un destacado saxofón, “Careless Whisper”, que me intrigó y despertó un gran interés en ese artista. Nunca imaginé que ese simple intercambio de mensajes, a mis 19 años, marcaría tanto en mi vida, pues la música de George Michael ha tenido un impacto en mí que no alcanzan las palabras para explicarlo. En parte, supongo que mi subconsciente se sentía atraído por un hombre tan libre de toda atadura mental que viene de preocuparse por lo que dirán, estableciendo las bases para rechazar la represión sexual y condenar a las personas a vivir ocultas en el clóset.
Verlo moverse en sus videos, tan cómodo con su cuerpo, sus gestos, sus poses, su entonación tan llena de seguridad y sentimiento, su capacidad de dar vida a letras con contenido personal, abarcando temas como fiestas (“flawless”), seducción ("fast love") y el impacto del amor en la vida de un hombre (“Amazing”, “Anselmo Song”, “Kissing a Fool”), hizo que para mí, su música fuera liberadora, apasionada y con alma, haciendo que aún en el presente siga escuchando y sintiendo sus palabras con la misma fuerza que cuando las escuché por primera vez. Su música es atemporal y sigue siendo relevante, tal como lo respalda sus más de 100 millones en ventas, su inclusión en el Rock and Roll Hall of Fame (2023), así como numerosos premios mundiales que van desde Grammys, hasta reconocimientos por parte de publicaciones como Rolling Stones y Billboard.
Esto es algo que muchos músicos contemporáneos, que producen sonidos sin contenido significativo y que no invitan a la reflexión, no logran alcanzar. Canciones icónicas como “Father Figure”, “Faith”, “Easier Affair”, “Move On” son solo algunas de las letras que han marcado a millones de personas a nivel mundial. “Freedom!”, publicada en 1990, en una época menos aceptada que la actualidad, se convirtió en un acto propio de una leyenda en proceso de convertirse en un iconoclasta, y su canción se transformó en un himno de liberación homosexual. Gracias a personas como George Michael, que celebran la vida, aplauden el amor, y viven sin miedo a compartir sus experiencias, millones podemos encontrar respuestas a las incógnitas de nuestras vidas.